Hay algunos productos de los que todos hemos oído hablar en algún momento, pero no sabemos realmente qué es ni cuál es su utilidad. Es el caso de los productos abrasivos, palabra que nos es familiar, pero de la que desconocemos sus usos o tipos que existen.

Los abrasivos son materiales sintéticos o naturales que se utilizan en función del material a tratar y el acabado que queramos darle. Los procesos son múltiples, entre los más habituales se encuentran los equipos de presión, Venturi, agua o vibración. Existen empresas de granallado abrasivo en el mercado que ofrecen una multitud de tipos de abrasivos para cada necesidad.

El granallado o granallado con productos abrasivos es muy interesante porque el proceso es seguro para los operarios, se realiza de forma rápida, no genera residuos que sean costosos de tratar, no hay toxinas presentes en el proceso y el mantenimiento con abrasivos es muy fácil de realizar. En todo lo anterior radica el éxito de este tipo de sustancias.

El granallado o granallado con abrasivos se utiliza tanto en la fabricación de productos como en tareas de mantenimiento de elementos y superficies. El uso de abrasivos es cada vez más común en procesos de limpieza de superficies metálicas, de galvanizado, de preparación de superficies para su posterior pintado, de eliminación de incrustaciones o de óxido a gran escala.

El propósito del granallado es la limpieza de superficies, el mantenimiento de componentes o el tratamiento de superficies, entre otros. El uso de abrasivos se ha vuelto imprescindible en muchos sectores, especialmente a nivel industrial. Y es que ofrecen un resultado excepcional de una forma segura no comparable al resultado ofrecido por otro tipo de producto.

En el mercado podemos encontrar multitud de tipos de abrasivos, tanto naturales como sintéticos. Los abrasivos más habituales recomendados por los expertos son el corindón blanco, el corindón marrón, el silicato de aluminio, las microesferas cerámicas o de vidrio entre las opciones sintéticas, aunque hay otros que también podemos utilizar. En cuanto a los tipos de abrasivos naturales más utilizados, destaca la cáscara de nuez o cáscara de almendra, ideal para procesos ecológicos.

Un abrasivo popular que lleva años descontinuado por sus consecuencias negativas para la salud y el medio ambiente es la arena de sílice, que provocaba silicosis en las vías respiratorias de los trabajadores a cargo del proceso. El uso de abrasivos naturales y sintéticos que garantizan la seguridad y el respeto al medio ambiente es común y necesario para multitud de procesos.

El uso de abrasivos en la industria y en el mantenimiento de superficies y componentes se ha vuelto imprescindible en la actualidad. Un tipo de sustancia desconocida para gran parte de la sociedad, pero gracias a la cual podemos utilizar buena parte de los componentes y productos que utilizamos en nuestro día a día.

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